Ataque de Ansiedad

Ayuda para un Ataque de Ansiedad.
Se han escrito miles de libros acerca de la ansiedad. En internet podemos encontrar a mil terapeutas distintos que tienen mil remedios distintos para la ansiedad. Muchos de ellos serán efectivos. La ciencia en psicología con sus diversas corrientes y escuelas distintas esta saturada de remedios contra la ansiedad. Si tecleas ansiedad en Google te aparecerán 64 millones de resultados de modo que casi todo el mundo tiene un remedio para ella sin contar los millones de libros de autoayuda que podría escribir hasta nuestro mejor amigo un sábado por la noche.
Para mí un ataque de ansiedad es la manera que tiene nuestra mente de decirnos que en nuestra vida hay conductas, pensamiento o emociones que no están funcionando por culpa de cosas concretas que o no podemos o no sabemos cambiar. La terapia ataca a la raíz o la causa de esas disfunciones. Vamos al grano, no a la paja con un lenguaje sencillo que escapa de academicismos y se centra en resolver problemas concretos. Es hora de que el paciente entienda a su terapeuta. No necesitas un test para saber por que tienes ansiedad. Necesitas herramientas concretas para saber que hacer cuando un ataque de ansiedad te asalte.
Ansiedad generalizada.
El trastorno de ansiedad generalizada es muy común en nuestros días con una gran prevalencia en la población. Casi todos a lo largo de nuestra vida hemos atravesado momentos en los que la ansiedad se apodera de nosotros generando un malestar continuo en nuestra vida cotidiana difícil de controlar. Habitualmente el trastorno de ansiedad generalizada suele ser tratado con el uso de medicamentos que reducen la ansiedad de un modo artificial introduciendo diversos componentes químicos en forma de ansiolíticos que rápidamente producen un efecto calmante cuando no genera efectos secundarios y nos induce a la relajación. Pero uno de los efectos que siempre se desarrollan inevitablemente es la habituación hasta el punto que son muchos quienes necesitan cada vez una dosis mayor de ansiolíticos para obtener el mismo efecto relajante. Por otra parte, a menudo dichos medicamentos han de ser sustituidos por otros para su correcta adecuación a cada paciente por lo que se genera a su vez una dependencia en mayor o menor grado a la asistencia médica que ha de prescribirlos.
En definitiva. La relajación que aportan los medicamentos ansiolíticos soluciona el problema de la ansiedad generalizada a corto plazo a la espera de que el paciente atraviese su particular calvario y poder retirarla paulatinamente pero no soluciona el problema pues no ataca a la raíz de la ansiedad modificando los factores en la conducta del paciente que la están generando. Una tirita no sana la herida ni previene a la siguiente. Hacer un análisis completo de la vida que llevamos, establecer prioridades, poner en orden objetivos, cerrarle el paso a pensamientos negativos que no ayudan en nada y en definitiva actuar desde el plano psicológico para resolver los problemas que generan la ansiedad si es una respuesta y una solución a largo plazo.
Ataque de Ansiedad en el trabajo
El trabajo es posiblemente el mayor generador de ansiedad que sufre cualquier ser humano por una razón obvia: es trabajando donde pasamos la mayor parte de nuestro tiempo. Si una persona trabaja una media de 8 horas diarias, duerme otras ocho, consume de dos a 3 horas durante el tiempo en que se alimenta y se asea, etc vemos que un tercio de la vida la pasamos trabajando. Así pues, es lógico que si el trabajo nos ocupa la mayor parte del día sea el trabajo por consiguiente el mayor generador de estrés y ansiedad.
¿Merece la pena sufrir tanto por un trabajo?
Si el trabajo es el lugar, la ocupación, que más tiempo de nuestra vida consume ese trabajo debería hacernos feliz o al menos no producirnos dolor en forma de ansiedad. ¿Si te hicieras esa pregunta que contestarías?
¿Podria trabajar en otro empleo? ¿En otra actividad?
Tal vez no sea tu caso, pero la historia de este mi gabinete esta llena de personas que pensaban que no podían cambiar y al final el tiempo les demostró que cualquier persona que se lo propone con la ayuda adecuada puede cambiar las cosas de su trabajo en particular y de su vida en general que no le gustan y además le están generando ansiedad.
Ansiedad ante los problemas económicos.
Cuando las dificultades económicas acechan a una persona su aparato psicológico se pone en tensión y se genera un estado de ansiedad verdaderamente insoportable. La economía es la base principal o el caldo de cultivo en donde flota toda nuestra existencia haciéndola más o menos llevadera, más o menos feliz. Porque el dinero no da la felicidad, pero carecer de él genera ansiedad y todos nos hemos encontrado en esa situación.
Los apuros económicos pueden ser el inicio de un crecimiento personal.
La creatividad resuelve muchos problemas y por supuesto los económicos. A veces lo que sucede conviene. Si conseguimos transformar la ansiedad que nos nace ante la imposibilidad de salir de un atolladero económico en capacidad para crear nuevas vías de optimizar recursos probablemente nos encontremos con soluciones que no veíamos porque la misma ansiedad nos cegaba. Así han sido muchos los casos de personas que después de la terapia han conseguido valor para cambiar de trabajo o para desarrollar una idea que no habían lanzado al mundo por miedo a la ansiedad y obtener esos recursos de los que antes no disponían.
Ansiedad en el entorno laboral.
A veces el trabajo no es un problema, a veces el trabajo que tenemos nos gusta y hasta nos consideramos bien pagados pero el entorno laboral en forma de sobrecarga de trabajo, malestar entre los compañeros o movilidad geográfica son los detonantes de la ansiedad. Tal vez no podamos cambiar nuestro entorno laboral, no podemos despedir a ese compañero que no soportamos y que nos esta haciendo la vida imposible pero tal vez si podemos desarrollar estrategias que nos ayuden a minimizar sus molestias y adaptarnos a un entorno para que deje de ser hostil y no nos genere un ataque de ansiedad a la larga.
Ansiedad en el estudio.
Que difícil resulta a veces concentrarse en el estudio ante la ansiedad que generan los exámenes. Son muchos los que han acudido a esta consulta en busca de ayuda no para asimilar y dominar los conocimientos académicos por los que tenían que examinarse sino los mismos nervios que el examen en si les producían. Son curiosos algunos casos que he atendido estos años como el de aquel profesor ante la ansiedad de un examen de oposición que olvidaba párrafos completos de un tema que tan solo unos días antes del examen podía reproducir con total seguridad. Dominar la ansiedad es un prerrequisito indispensable para cualquier estudiante especialmente a oposiciones. Hay técnicas de relajación, concentración y afrontamiento en el estrés ante el estudio que pueden ayudar a cualquier estudiante a mantener la calma necesaria ante el bolígrafo y el papel o el discurso en un examen oral.
Ansiedad en la pareja.
La ansiedad se transmite a la pareja tanto como la pareja genera ansiedad. Vivir en pareja consiste en compartir tanto los buenos como los malos momentos pero cuando un miembro de la pareja por las causas que sean sufre ansiedad inevitablemente la pareja se resiente. Del mismo modo cuando una pareja atraviesa por dificultades en la relación se genera un malestar vicario entre ambos que genera un clima de tensión emocional en forma de ansiedad. Algunos no lo notan o intentan no verlo, pero no controlar la ansiedad desgasta y mina cualquier relación de pareja y muchas se rompen por este hilo tan fino que soporta tanto peso.
Ansiedad en la familia.
Los problemas en la convivencia de la familia ponen en riesgo el equilibrio nervioso de padres e hijos. Cuando en una familia uno de los protagonistas tiene problemas por ejemplo de conducta la tensión emocional que se vive ante la incapacidad de controlarlas genera una ansiedad que se prorratea entre los miembros de la misma. Es bueno entonces atender a los miembros tanto por separado como en conjunto ejerciendo una especie de terapia de grupo para que todos y cada uno tengan herramientas para enfrentar a la ansiedad.
Ansiedad ante los problemas de salud
Lo principal es la salud, que duda cabe. Por eso cuando vemos amenazado nuestro bienestar diario con problemas de salud que no podemos controlar y debemos dejar lo que más nos importa, lo que más nos asusta perder que es nuestra propia salud aparecen súbitamente sensaciones de indefensión en forma de ansiedad. Debemos encontrar estrategias que nos ayuden a escapar de ella como las técnicas de modificación del pensamiento que tanta ayuda aportan en momentos de pánico o de un modo más general terapias como la de aceptación y compromiso que nos aportan una nueva manera de afrontar la enfermedad. En cualquier caso, muchas veces el mal físico es menor que el mal psicológico que un mal afrontamiento de la enfermedad resultan.
Ataque de ansiedad durante el sueño.
El tiempo de dormir, o tiempo de descanso debería ser un tiempo de relajación libre de estrés pero por desgracia en muchos casos no es así. Durante el sueño, cuando no hay distractores como el trabajo, las aficiones y las relaciones entre personas, tenemos todo el tiempo y toda la atención dispuesta a reverberar los pensamientos y obsesiones que durante el día nos producen ansiedad. Un problema laboral que durante el día nos hace sentir nerviosos por la noche tendrá vía libre para disparar nuestra ansiedad. Un somnífero es siempre una solución recurrente pero aprender a controlar nuestra ansiedad aislando los pensamientos que la producen es una alternativa mucho mejor.
Ansiedad fruto de un pensamiento repetitivo.
El pensamiento es el recurso adaptativo que ha hecho del ser humano el animal más potente del planeta. Gracias al pensamiento somos capaces de realizar cosas magnificas. El pensamiento es un arma que usamos cada momento del día, nos permite acceder a un trabajo remunerado, a una vida acomodada y sobre todo a relacionarnos con otras personas. El problema empieza cuando un don tan maravilloso que nos permite hacer tantas cosas se convierte en un suplicio cuando el pensamiento mismo no nos deja en paz. Empieza algún día con un pensamiento que nos asalta, tal vez el pensamiento no tenga mucho sentido, sea falso, una ilusión. Puede ser que el pensamiento no tenga mucha importancia. Un recuerdo del pasado o una tontería sin fundamento puede ser ese pensamiento que empieza por repetitivo, pasa a ser obsesivo y se convierte en una explosión de ansiedad sin fin. Si estos síntomas te representan y si sientes que un pensamiento no te deja en paz y te condiciona la vida tal vez deberías hacértelo mirar por un especialista.
Ansiedad en el sexo.
El sexo es una parte muy importante de nuestras relaciones de pareja y por extensión de nuestras vidas. El sexo ha sido diseñado por la evolución del hombre a través de milenios como un ejercicio de placer no tan solo como el paso previo a la reproducción que se muestra en el resto de los animales. Socialmente ha sido entendido como un estándar no tan solo de relación afectiva sino como casi de autoestima. Por eso una persona que tiene problemas en sus relaciones sexuales habitualmente desarrolla sentimientos de impotencia, baja autoestima y fracaso. Cuando estas sensaciones se acumulan y mantienen a lo largo de tiempo surgen los problemas de pareja que conllevan en la mayoría de los casos asociados síntomas propios de ansiedad. Este tipo de ansiedad que afecta a otros aspectos de la vida del paciente solo puede ser tratada desde el punto de vista psicológico a través de una reeducación sexual apropiada y la modificación de las conductas y pensamientos que generan los problemas. No hay soluciones milagro pero un buen trabajo en consulta soluciona muchas de las habituales disfunciones sexuales y a su vez elimina síntomas de ansiedad relacionados.
Ansiedad en actividades concretas: conducir, hablar en público, estudiar, etc.
Cada día realizamos actividades de la vida cotidiana que para el común de las personas no representan un problema. Cualquier adulto que tiene que realizar un viaje en coche más o menos largo mantiene la calma durante el trayecto e incluso es capaz de disfrutarlo. ¿Por qué entonces algunas personas sufren un estado de ansiedad insoportable antes, durante y después de dicho viaje? ¿Por qué algunas personas simplemente no pueden hacerlo?
También es cada día más frecuente, por ejemplo en las enseñanzas académicas tener que hacer una exposición en público de lo aprendido. En algunas personas que tal vez se consideran tímidas el miedo a hablar en público es una bomba en forma de ansiedad con o sin ataque de pánico.
Ambos son apenas ejemplos de como conductas concretas que a priori no deberían resultar un problema pueden convertirse en una fuente de ansiedad horrible y en un hándicap para la vida de quien las sufre. Para todos estos padecimientos hay una ayuda profesional sistemática de calidad en la terapia psicológica.
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